Cruce Estrecho de Gibraltar 2011 from Patricio Lewin on Vimeo.
Hace unos años que pensaba...
Dos continentes, dos culturas, el Océano Atlántico, el Mar Mediterráneo, un reto...
Todo fue posible gracias al gran apoyo familiar, en especial de Lorena mi mujer y de mi hermano Matías quien siempre pone el hombro para apoyar mis locuras.
Mucho esfuerzo, mucho placer y más de 2100 kilómetros nadados en los últimos 3 años. Una dieta muy estricta, Lorena siempre se ocupó de que no me falten mis hidratos de carbono y mis proteínas diarias, una genia: 3 hijos, embarazada y un marido rompebolas!!!
Un gran equipo me ayudó a preparar este desafío:
Mi primo Walter quién me acompañó en canoa en las carreras preparativas de Villa Urquiza-Paraná y en la de Río Grande-Coronda, donde adquirí experiencia y confianza para ultramaratones acuáticas.
Mi entrenador Pablo Fajian, quién armó rutinas diferenciadas para entrenarme física y mentalmente.
Claudio Difonso (Yacaré) guardavidas de la pile quién me alentó en cada brazada.
Mis compañeros del agua quienes hacen que cada entrenamiento sea divertido y placentero.
Mis médicos, el Dr. Gustavo Cataldi (médico homeópata) y el Dr. Guillermo Marino (nutricionista y deportólogo).
Mi masajista Fernando Massuco.
En especial a mis padres quienes me acercaron al deporte durante toda mi infancia.
El Cruce
En los días previos a la partida mi madre se ofreció para acompañarme, con este dato junto a Lorena decidimos que Ianick, mi hijo de 4 años, me acompañe en el proyecto. Ianick inyectó en mí una energía impresionante y extraordinaria adicional.
El viaje comenzó con mucha suerte ya que pudimos adelantar un día la partida y así evitar la cancelación del vuelo producto de la llegada al día siguiente de las cenizas del volcán Puyehue.
Hicimos noche en Madrid y luego volamos a Málaga para posteriormente seguir viaje hacia la capital de viento, Tarifa.
El pronóstico meteorológico estaba complicado para toda la semana. El famoso viento de Levante no me permitió nadar el martes 28 que era el día estipulado. La ansiedad empezaba a dominar mi mente pero por la noche el viento cesó y supe que el miércoles 29 sería un gran día.
A las 8 de la mañana ya estaba en el puerto de Tarifa y así comenzaron las 4 horas y 23 minutos de nado para poder cruzar el Estrecho de Gibraltar.
Me costó bastante acomodarme durante la primera hora de nado, sentía que el agua estaba fría (18,5 ºC) pero eso no sería tan duro comparado con los 15/16 grados de la última hora al acercarme a Punta Cires en Marruecos.
Mediando la segunda y tercer hora de nado me fui soltando y cuando mejor me sentía nadando tuve la grata sorpresa de que me acompañaran primero delfines y luego las ballenas Calderón, quienes durante ese tramo pasaban nadando por debajo mío de un lado al otro.
El momento más difícil fue la última hora ya que sumado a las constantes corrientes que te meten al Mar Mediterráneo o te sacan hacia el Océano, de repente en una brazada sentí el hielo en mi mano: en ese instante el frío se apoderó de mi cuerpo ya que el agua había bajado bruscamente a 15 grados. Esto hizo que se me contracturara el isquiotibial izquierdo, me costaba nadar, hasta pensé en que no podría seguir el cruce...
Se me acercó una de las embarcaciones de apoyo y me preguntó si estaba cansado. Mi repuesta fue "¡Se me contracturó acá y me cago de frío!". Fernando que estaba en el semirígido fue terminante: "Sino estás cansado olvida la pierna y ponte a nadar más rápido porque la corriente te lleva." En ese instante dejé la pierna colgada, decidí no parar más a tomar agua ni a comer geles. Era el momento de jugármela, quemar todas mis energías braceando largo con mayor velocidad y fuerza. Así dejé atrás la sensación de frío y la contractura pasó al olvido, sólo pensaba en que aguanten mis reservas hasta llegar a África.
Finalmente toqué la tan anhelada costa africana, pensé en mis hijos Emma, Maia e Ianick y en mi esposa Lorena quién cuida en su panza a una hermosa beba que llegará en octubre.
Ya en el barco de regreso, quería llegar urgente a Tarifa para abrazarme con Ianick y mi madre.
Al regresar al puerto español Ianick vino corriendo, nos abrazamos arrodillados y me dijo "¡Papi GANASTE!". En ese instante me quebré, había cumplido un sueño.
Fin.
Link y notas periodísticas relacionadas
Sitio oficial de la Asociación de cruce a nado del Estrecho de Gibraltar
http://acneg.com/acneg%20spain/neopreno.html
Diario ABC de Madrid día 29/06/2011
http://www.abc.es/agencias/noticia.asp?noticia=863320
Diario Europasur día 29/06/2011
http://www.europasur.es/article/deportes/1010170/argentino/pato/lewin/cruza/estrecho/horas/y/minutos.html
Pagina de mi entrenador
www.pablofajian.org
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Patricio Lewin (Digi Argentina SRL)